Juan Carlos Tejeda, director de Formación de CEOE, hablando de los Centros de Formación que han concentrado su modelo de negocio en la formación subvencionada, señala lo siguiente:
“…los gastos asociados se tienden a rebajar (10%)…”
“…el fraccionamiento de los pagos de las ayudas será crítico para los centros de formación (tensiones de tesorería y solicitud de avales financieros en algunas comunidades autónomas)…”
Es evidente que el sector de formación para el empleo está pasando un cambio de época no por una época de cambios. La semana pasada, sin ir más lejos, recibí dos noticias que quiero compartir; considero merecen una reflexión, al menos, por quienes trabajamos en este sector. Os avanzo mi opinión el tamaño ¡no importa!, estamos ante un problema de diversificación de ingresos no de gastos.
… pequeño centro de formación
El viernes pasado, cerraba un pequeño centro de formación, de unos 200 metros cuadrados, con un par de certificados de profesionalidad, gestionado por dos hermanos, ambos profesores del centro. Impartían, calculo, unas 1.000 horas de formación anuales, es decir, tenían actividad unos seis meses al año. El alquiler que pagaban era de 1.200 €/mes.
Añadido a la incertidumbre de ¿cuándo saldrá la convocatoria de desempleados?, se le sumaba el problema de la justificación económica de la propia aprobación. En definitiva, los gastos generados durante el periodo de inactividad no podían justificarlo, pero durante el periodo de actividad justificaban menos gastos que el importe máximo de la subvención.
Intentaron hablar con el casero para que les pasara la renta sólo cuando tenían curso, no tuvieron éxito. El casero no lo vio y han cerrado.
… centro de formación con implantación nacional
Por otro lado, una de las empresas más grandes y referente del sector, con implantación nacional, y que llegó a facturar en sus buenos tiempos más de 70 millones de euros, va a plantear un ERE de extinción que puede afectar al 90% de su plantilla.
Según indican los medios de comunicación, he visto que han cerrado varias delegaciones territoriales renunciando a importantes aprobaciones, una de más de 2 millones de euros y otra de cerca de cinco millones.
Los responsables al frente de las delegaciones territoriales atribuyen el cierre (y la renuncia a la subvención) tanto al % máximo de los costes asociados, 10% como señala Juan Carlos Tejeda, como a problemas de financiación.
La teoría económica nos dice que, gracias a incrementar el tamaño podemos tener por ejemplo economías de escala, que implican ahorro en costes, pero este ahorro en costes, sobre todo cuando no estás diversificado ¿a quién beneficia?.
Si estoy en el mercado de la formación subvencionada de oferta, este beneficio repercute en la justificación de costes, es decir, el beneficiario es la Administración concedente. En el tema de justificación de costes de una subvención, donde tenemos que dar respuesta a los requisitos de la Administración, sólo puedes empatar o perder.
Si quieres hacer benchmarking, y aprender cómo optimizar los costes en tu empresa, te animo a que en lugar de revisar los referentes tradicionales, por ejemplo los sistemas de producción de las empresas automovilísticas (basadas en economías de escala), pienses en el proceso de producción de una película, donde en un periodo breve de tiempo se juntan recursos muy especializados –humanos y materiales- de procedencia muy diversa con el objetivo de sacar un proyecto adelante.
Sinceramente, no creo que el problema de los dos centros de formación que he mencionado haya sido un problema de costes, creo que el problema de ambos centros ha sido un problema de ingresos, más concretamente de falta de diversificación de sus ingresos, ambos han concentrado su modelo de negocio, y por tanto sus ingresos, en una única iniciativa de formación.
Vuelvo al mundo cinematográfico, si amplias el mapa estratégico de Walt Disney podrás ver sus fuentes de ingresos (películas, merchandising, parque de atracciones, TV, publicaciones, etc…) y está realizado en ¡1.957!.
Os invito a que reviséis las iniciativas de formación para el empleo que propone la Ley 30/2015, desde la perspectiva de la financiación, seguro que nos abre los ojos hacia nuevas líneas de negocio que nos ayuden a diversificar.
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