Cuando visito centros de formación profesional para el empleo, una de las preguntas que habitualmente contesto es ¿qué tiene que tener un plan de formación para que sea excelente?

Siempre respondo que tiene que cumplir, simultáneamente, tres condiciones:

  1. Primera condición: Que responda a un diagnóstico de necesidades de formación. Es imprescindible que el plan que presentemos, ya sea para una empresa, un sector o un territorio, identifique cuáles son las necesidades de formación. Un error clásico que veo en los diagnósticos de necesidades de formación en formación profesional para el empleo, es que no responden a la realidad. Periódicamente, en un ejercicio similar al de las artes adivinatorias, suelen salir titulares de “las 10 profesiones más demandas en el próximo año o el próximo lustro”, suelen ser profesiones “raras” que pasado el periodo de tiempo estipulado nadie –igual que con las predicciones del tarot- se molesta en comprobar. Hay veces que si se pueden detectar necesidades formativas a largo plazo, por ejemplo si queremos saber cuántos médicos gerontólogos necesitaremos dentro de 15 años, pero en formación profesional para el empleo, la mayoría de las necesidades tienen que responder a situaciones en el corto o medio plazo.
  2. Segunda condición: Que responda al pliego de condiciones de la convocatoria, me resulta indistinto si éste lo ha realizado una empresa o una administración pública. Tenemos que ajustarnos al pliego, el pliego nos indica cómo se va a valorar nuestro plan. Si el pliego dice que no se admiten los cursos de menos de 100 horas… ¡ni se te ocurra presentar un curso de menos de 100 horas! Muchas veces, sobre todo las Administraciones Públicas, no son conscientes de la “fuerza” que tiene el Boletín Oficial. Si una Administración Publica puntúa por ejemplo la EFQM más que la ISO 9000, los centros de formación se van a lanzar a conseguir la EFQM. Desde las Administraciones Públicas tienen que tener claro que los centros de formación para el empleo leemos las convocatorias con ojos ganadores… buscando presentar una oferta ganadora, que sea aprobada, aun cuando la ejecución de la misma sea complicada. Por eso, cuando las Administraciones Públicas redactan los pliegos de las convocatorias de formación para el empleo, tienen que pensar, en las consecuencias que tiene valorar más las aulas pintadas de verde que las de cualquier otro color.
  3. Tercera condición: Que responda a las capacidades y recursos del centro de formación profesional para el empleo. Es por este motivo que de todas las acciones formativas que somos capaces de impartir, tenemos que seleccionar las que están alineadas tanto con el diagnostico de necesidades formativas como con el pliego de condiciones.

Cuando asesoro a un centro de formación sobre cómo hacer un plan ganador, siempre dibujo un diagrama de Venn. En este caso, que tenemos tres variables, el número de regiones en que queda dividido son siete, de las cuales una sola es la del ¡plan ganador! Cuando explico esto en un curso, y cómo estamos en “el país del Lazarillo de Tormes” siempre hay algún alumno que me pregunta: la zona delimitada por pliego y centro ¿también es un plan ganador?, mi respuesta es que sí, que obtendríamos un buen número de puntos… pero que luego tendrías problemas a la hora de la ejecución, sobre todo a la hora de captar alumnado interesado… ya que tus acciones formativas no responderían a ninguna necesidad de formación, y por tanto, habrá escaso o nulo interés en hacer las mismas.

Por último, pero no menos importante, me encantaría saber tu opinión, ayúdame con tus comentarios ¿hay algún otro factor que haga de un plan de formación para el empleo, un plan ganador? ¿Te atreves a contarme alguno de tus secretos?

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