La palabra práctica es una palabra mágica en nuestro sector, tanto en la publicidad de las diversas acciones formativas “este curso tiene prácticas” como en la metodología empleada “curso práctico”. Vemos la buena imagen que tiene la formación dual en al ámbito del sector educativo –recordemos que en la formación profesional para el empleo también existe- cuyo atractivo es que se realizan “prácticas en la empresa”. Nos podemos preguntar si existen unas prácticas mejores que otras, avanzo mi respuesta, sí, no todas las prácticas son igual de beneficiosas para que el alumnado llegue a ser experto. Si analizamos a los trabajadores que han llegado a ser ejecutantes expertos -personas que destacan en su práctica profesional sobre los demás-, vemos que han llegado a su nivel, mediante la realización de mucha práctica, pero que han realizado un tipo de práctica muy determinada, una práctica intencionada e informada –con feedback-, conocida como práctica deliberada.
Lo primero, me voy a atrever, con la definición que más me gusta, aunque no sea la más académica, sobre la práctica deliberada es:
Repeticiones intencionadas, de tareas pequeñas y similares, con evaluación, corrección y experimentación inmediata
El concepto y el término de “práctica deliberada” lo introducen por primera vez Ericsson, Krampey Tesch-Römer, en un artículo publicado en 1993 «The Role of Deliberate Practice in the Acquisition of Expert Performance«, luego otros autores y divultadores como Malcolm Gladwell -con su regla de las 10.000 horas, enunciada en su libro Fuera de serie (Outliers)- han seguido desarrollando la idea de la práctica deliberada, por distintas variantes.
Advierto que los casos de práctica deliberada que han tenido éxito y que están documentados, se refieren sobre todo al arte –músicos, bailarines…-, al deporte –incluido ajedrez- y a la medicina. Pero creo que tiene la práctica deliberada tiene aplicación en otras muchas profesiones, también en la formación profesional para el empleo.
Esta es una de las características de la práctica deliberada, solamente se puede aplicar en profesiones que están consolidadas, podemos distinguir estas profesiones porque se puede distinguir claramente a los trabajadores expertos de los trabajadores que acaban de incorporarse.
Además la práctica deliberada, requiere de un profesor, de un entrenador. De alguien que pueda diseñar actividades prácticas que ayuden al alumnado a mejorar su ejecución. Todos conocemos la frase de que «20 años de experiencia no es lo mismo que un año de experiencia repetido 20 veces”. Yo, tres días a la semana, a las 7:30 hago una clase de ciclo indoor (spinning) con un monitor. El monitor, desde su bici, se limita a indicarnos lo que tenemos que hacer “sube la potencia”, “ahora vienen saltos en ocho”, “sube la cadencia”… nunca se ha bajado de la bici para corregirnos una postura o para indicarnos algo… resultado, aunque hago ciclo indoor tres días a la semana, ¡no mejoro!. Detrás de nuestra clase, viene otra a las 8:30 de ciclo indoor virtual -una clase pregrabada-, que nuestro monitor cuando finaliza la nuestra, la muestra en el video wall, yo pienso, que el trabajo que realiza nuestro monitor humano, puede ser reemplazado sin ningún problema por el monitor virtual, es más, el monitor virtual muestra en el video wall distintos parámetros que mejoran la experiencia; además cada una de las bicicletas de nuestra clase están monitorizadas (rpm, potencia, tiempo, frecuencia cardiaca….), tienen una pantalla y están conectas a internet… por lo que cualquier día el monitor virtual lanzará mensajes personalizados a cada alumno. Cuando digo que para realizar una práctica deliberada necesitamos un profesor/a, insisto, necesitamos un profesor, este tiene que implicarse en nuestro aprendizaje, tiene que diseñar pequeñas actividades que nos lleven a mejorar y nos tiene que dar retroalimentación cuasi instantánea para que nosotros podamos corregir y llegar a la excelencia.
Características de la práctica deliberada
Me gustaría resaltar siete características que para mi tiene la práctica deliberada
- Para que en una profesión podamos aplicar la práctica delibera, tenemos que seguir el camino, el entrenamiento, las pautas, que han seguido los profesionales que ya han desarrollado esas destrezas extraordinarias. Estas personas han seguido un camino en el que, muchas veces con el ensayo, prueba, error, han determinado cómo llegar a ser excelentes profesionales y han establecido técnicas de entrenamiento eficaces. Hace años, recibí la visita de un empresario de la formación, ex-militar en un país de Centroamérica que comercializaba un método para formar conductores de retroexcavadora en 37 horas y media, en su argumentación de ventas, decía que ese método lo habían importado las fuerzas armadas de su país, de las fuerzas armadas estadounidenses y que él lo había traído a España. Nunca trabajé con él, por lo que desconozco la eficacia de dicho método pero esa es la idea, para poder aplicar la práctica deliberada debemos saber que tiene que hacer perfectamente un ejecutante experto y además tenemos que tener un método probado, para poder llegar a ese estado. Ahora no están de moda, pero a lo largo de mi trayectoria profesional he conocido varias “franquicias” de cursos estandarizados que garantizaban el poder llegar a la excelencia si seguías su método. Elijamos un certificado profesional al azar, podemos decir que lo han seguido miles de alumnos… pero ¿alguien se atreve a decir que nivel de normalización tienen? y ¿cuantos alumnos están en la senda de ser ejecutantes expertos?
- La práctica deliberada tiene lugar fuera de la zona de confort del aprendiz. Requiere esfuerzo, por lo general, no resulta divertido. La práctica deliberada se diferencia de otros métodos educativos que proponen una educación mucho más lúdica –métodos que que aunque tienen algunos puntos fuertes, como la motivación que es importante para el aprendizaje, delegar todo en lo lúdico y pensar que no hay que esforzarse, me parece un error. Si vas tres días a la semana a clases de inglés porque el grupo es muy majo, perfecto, pero te aseguro que aprender un idioma o resolver ecuaciones diferenciales requiere esfuerzo.
- La práctica delibera requiere objetivos bien definidos y concretos, la práctica deliberada requiere un cuadro de mando que nos permita comprobar que estamos consiguiendo nuestros objetivos.
- La práctica deliberada, también, requiere la plena atención del alumnado, la palabra deliberada no está puesta al azar, significa que hay que concentrase en el objetivo concreto.
- Requiere feedback, y modificar los esfuerzos en función de dicho feeback. Al principio es imprescindible el profesor, pero cuando vamos avanzando es el propio formando el que tiene que aprender a monitorizarse, detectando sus errores y haciendo reajustes.
- Una herramienta fundamental en la práctica deliberada, es la generación de representaciones mentales eficaces. Las representaciones mentales nos muestran la forma correcta de hacer las cosas y nos permiten detectar cuándo hacemos algo mal y corregirlo. Imaginemos un soldador que tiene que hacer una soldadura compleja. Lo primero que tiene que hacer es imaginarse cuál será el resultado, esta representación mental, le servirá de guía mientras ejecuta la soldadura y le permitirá hacer correcciones.
- La generación de nuevas destrezas se realiza sobre la base de las que ya tenemos, por lo que es muy importante, desde el principio, que los aprendices adquieran las destrezas básicas de una forma correcta para minimizar la posibilidad de construir sobre unos cimientos débiles.
Mitos que rompe la práctica deliberada
Me gusta la idea, de que todos podemos, a través del entrenamiento adecuado ser grandes profesionales. El estudio de cómo las personas llegan en sus profesiones a un nivel excepcional, mediante los principios de la práctica deliberada, nos hace desterrar los siguientes tres mitos:
- La creencia de que una persona tiene limitaciones por características genéticas ¡Falso! Con la práctica adecuada, casi todo el mundo, puede llegar a mejorar, en cualquier ámbito. Muchas personas no pueden llegar a ser excepcionales no por un problema genético, el problema está en que para adquirir destrezas complejas, es preciso tener unos buenos cimientos. Es imposible resolver ecuaciones diferenciales si no sabes resolver ecuaciones lineales. Si pudiesemos traer a un niño recien nacido de hace 1.000 ó 2.000 años y lo sentasemos en una de nuestras aulas, veriamos que su comportamiento es idéntico al resto.
- Si uno hace algo durante mucho tiempo, mejorará ¡Falso! Hacer lo mismo una y otra vez del mismo modo, no lleva a mejorar… lleva al estancamiento. No es cuestión de cuánto practicas sino de cuánto tardas en corregir tus errores. Yo nado regularmente… puedo hacer una sesión de nado continuo de 1.000 metros sin ningún problema, pero eso no mejora mi estilo ¿motivo? Me desconecto y pienso en lo que tengo que hacer cuando salga de la piscina, en algún problema que he tenido en ese día o simplemente me relajo escuchando música –la mayoría de las personas cuentan los metros que llevan-… pero nada de eso ayuda a mejorar mi estilo. Mi estilo de natación está estancado.
- Lo único que hace falta para mejorar es esfuerzo ¡Falso! Para ser un mejor vendedor o un mejor soldador no es suficiente con esforzarse más, hay que seguir una serie de prácticas específicamente diseñadas para mejorar. Esforzarse más, no es suficiente. ¿Cuándo he mejorado mi estilo en natación? Cuando un entrenador me ha dado feedback y me mandaba realizar pequeñas tareas especificas para mejorar mis fallos y yo, me esforzaba en realizarlas de forma óptima.
Sobre este tema pienso escribir los próximos tres martes planteando los siguientes temas ¿podemos diseñar sistemas automáticos que nos den feedback, incluso mejor que un tutor real?, hablaré de una película famosa, Top Gun, donde se ve un ejemplo de práctica deliberada y finalmente pondré un ejemplo de cómo se puede aplicar la práctica delibera en la formación interna de una empresa y los sorprendentes resultados que se pueden obtener.
Por último, pero no menos importante, me encantaría saber tu opinión, te atreves a compartir con nosotros alguna historia de cómo alguien ha llegado a ser un excelente ebanista, soldador, camarero…
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